Sin lugar a dudas ser un discípulo universitario es muy animante, porque podemos ver el amor de Dios, que quiso unirnos a él en nuestra juventud, evitando que caigamos en muchos pecados que pudieron costarnos la vida y nuestra salvación.
Pero al ser parte de este ministerio, tenemos una gran responsabilidad, primero con Cristo, que es nuestro salvador y después con nuestras familias y nuestros estudios, y en algunos casos con nuestro trabajo para poder aliviar un poco el esfuerzo que hacen nuestros padres al enviarnos a la universidad para que salgamos adelante
Sabemos que necesitamos aprender de la vida de Cristo, luchar en muchos casos con nuestra pereza, egoísmo y animarnos a ser abiertos y sinceros con nuestra vida frente a nuestro prójimo Entendemos que una de las cosas que podemos hacer para tener una vida agradable a Dios es apartarnos del pecado y buscar la justicia, el amor, la fe y la paz en Cristo Jesús nuestro Señor y Salvador.
Jesús es un verdadero ejemplo de justicia y amor, porque sin importar como fuimos antes, lo único que él ve es cómo somos ahora, por eso tenemos que ser agradecidos y llenarnos del amor de Dios.
Este año Dios bendijo mucho al Ministerio Universitario e hizo de nosotros instrumentos a su servicio. Estamos muy agradecidos y nos sentimos privilegiados y gozosos de poder contribuir a la obra de Dios en la tierra.
0 comentarios